ANATOMÍA DE UNA CONTRASEÑA: 7 CONSEJOS DE UNA CONTRASEÑA SEGURA.

Ya sea que tengas un servidor privado virtual (VPS) o un servicio de hosting para tu web o simplemente un correo electrónico. No importa cual sea, existe en todos ellos un elemento recurrente y sensible, las contraseñas.

Cuando hablamos de contraseñas, regularmente se espera complejidad. Una contraseña busca, en principio, negar el acceso a un determinado elemento a quien no conozca la palabra clave; por tanto supone que en su concepción esta debe contar con elementos que le agreguen dificultad e impidan que sea adivinada por inescrupulosos.

En las siguientes líneas, podrás encontrar 7 consejos clave para desarrollar y mantener con éxito, una contraseña segura.

Debe ser larga: Cuanto más larga es la contraseña, menos probabilidad hay de que sea adivinada por un programa de computadora en un tiempo razonable. Crea contraseñas que incluyan diez o más caracteres. Puedes usar más de una palabra, con o sin espacios, es decir frases contraseña. Esta es una buena idea, en la medida que el programa o servicio que utilices te permita elegir contraseñas lo suficientemente largas.

Debe ser compleja: Esto también ayuda a evitar que el software automático de ‘descifrado de contraseñas’ adivine la correcta combinación de caracteres. Donde sea posible, incluye en tu contraseña letras en mayúscula, minúsculas, números, y símbolos tales como signos de puntuación.

Debe ser práctica: La idea es que tu contraseña sea larga y compleja pero a la vez factible de recordar. También existen  aplicaciones como KeePass, que actúa como base de datos de contraseñas seguras.

No debe ser personal: Tu contraseña no debe estar relacionada a ti de manera personal. No elijas una palabra o frase que se origina de información como tu nombre, número de seguridad social, número de teléfono, nombre de tu hij@, nombre de tu mascota, fecha de nacimiento, o cualquier otra cosa que una persona podría descubrir haciendo una pequeña investigación sobre ti.

Debe mantenerse secreta: No compartas tu contraseña con nadie a menos que sea absolutamente necesario. Si debes compartir una contraseña con un amigo, miembro de la familia o colega, primero debes cambiar a una contraseña personal.  Existen alternativas para compartir una contraseña, tal como crear una cuenta separada para cada miembro que necesite acceso.

Hazla única: Evita usar la misma contraseña para más de una cuenta. Considera que ciertos servicios hacen relativamente simple descifrar tu contraseña. Si por ejemplo usas la misma contraseña para tu cuenta de usuario de Windows y para tu cuenta de Gmail, alguien con acceso físico a tu computadora puede descifrar la primera y utilizarla para acceder a la segunda. Por razones similares, es una mala idea el rotar contraseñas intercambiándolas entre diferentes cuentas.

Contraseñas cambiantes: Cambia tu contraseña de manera regular, una vez cada tres meses puede útil. Ten en cuenta que cuanto más tiempo mantienes una contraseña, existe mayor oportunidad de que otros la descubran. Además, si alguien ha sido capaz de robar tu contraseña para acceder a tu información y servicios sin que lo sepas, esta continuará haciéndolo hasta que la cambias.

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